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Apoyo a Milagro Sala y la Tupac Amaru








En una Jornada histórica, que reunió a más de 20.000 compañeros de la Tupac Amaru y de la Red de Organizaciones de Jujuy, se realizó ayer un acto en el centro de San Salvador de Jujuy. Participaron integrantes de distintas organizaciones sociales, sindicales, políticas, entidades intermedias, sectores de la cultura, los derechos humanos y dirigentes de la CTA Nacional, como Hugo Yasky y Víctor De Gennaro. Destacaron el trabajo de las organizaciones sociales.
El mensaje central del multitudinario acto fue reivindicar el derecho a organizarse que tiene el pueblo para resolver democráticamente las necesidades básicas insatisfechas en salud, vivienda, educación, trabajo, recreación y deporte que sufren la mayoría de los argentinos. Dicha convocatoria se realizó producto de la serie de agravios derramados injuriosamente por el jefe del radicalismo y ex Secretario de Acción Social durante la presidencia de De la Rúa, Gerardo Morales, y difundidos a través de la prensa nacional en contra de las organizaciones sociales en general y de la Organización Barrial Tupac Amaru en particular.
Además, se culpó reiteradas veces a la conductora de la Tupac Amaru, Milagro Sala, de haber sido la autora intelectual del “escrache” en su contra el pasado viernes 16 de octubre en Jujuy. Frente a los inventos manifestados por Morales, la actual Secretaria de Acción Social de la CTA Nacional negó rotundamente haber participado de los hechos y respondió al radical expresando todo el trabajo que la Tupac Amaru viene realizando desde hace años en materia de salud, trabajo y educación.
En la manifestación participaron referentes de la CTA Nacional como Hugo Yasky, secretario General de la Central; Víctor De Gennaro, secretario de Relaciones Institucionales, y otros integrantes como Victorio Paulón, Daniel Barragán, José “Chapu” Urreli y Gustavo Rollandi, así como también representaciones de las CTA provinciales como Hugo “Cachorro” Godoy, de la provincia de Buenos Aires; Fernando “Nando” Acosta, conductor de la CTA Jujuy, y pertenecientes a la CTA Capital como los dirigentes Manuel Alzina y Carlos Chile, secretario adjunto y de interior de la Central porteña, respectivamente.
Al turno de tomar la palabra, enmarcado en un gran clima de fervor militante, distintos oradores dirigieron la palabra a los compañeros presentes. En primer lugar, “Nando” Acosta destacó las más de 3.500 viviendas ya finalizadas por la organización, y los aportes que hace para disminuir la desocupación en Jujuy con sus cooperativas de trabajo. Luego tomó la palabra Hugo Yasky, quien nombró a Milagro Sala como la “referente histórica del trabajo social en el país”. Por su parte Víctor De Gennaro expuso que “no existe movimiento como la Tupac Amaru, dando tantas soluciones a los más pobres”. Al final, Milagro agradeció a todos los dirigentes y dijo que la Tupac Amaru seguirá trabajando para dar más salud, trabajo y educación.
Repercusión en los medios Víctor De Gennaro y Hugo Yasky en jujuy Fuerte respaldo de la CTA a Milagro Sala Los dirigentes estatales compartieron un acto con la líder del movimiento Tupac Amaru, cuestionada desde el violento escrache al titular de la UCR, Gerardo Morales. “Es un ejemplo de organización popular”, dijeron. Víctor De Gennaro está en San Salvador de Jujuy. Enojadísimo. Acaba de terminar un acto frente a la Legislatura. Un acto del que participaron, por lo bajo, 20 mil personas. Una multitud que salió a la calle para desagraviar a Milagro Sala, la dirigente del movimiento Tupac Amaru que fue defenestrada, primero por el presidente de la UCR, Gerardo Morales, y en los últimos minutos, sin mencionarla, por Elisa Carrió.
De Gennaro, entonces, aun después de hablar arriba del escenario, tiene más ganas de seguir haciéndolo: “El arma revolucionaria de Milagro Sala son los hornos de barro, son las copas de leche. Estoy parado acá, en el segundo piso de la sede, en San Salvador de Jujuy, y miro. Y lo que estoy viendo es una pileta climatizada para que hagan gimnasia los pibes discapacitados de los barrios. Fijate, por favor, que estos gerentes que hablan, que hoy llenan los dos partidos mayoritarios, convertidos en máquinas de ganar elecciones, representan al verdadero dueño de la provincia: al Ingenio Ledesma.
Es así, Gerardo Morales representa al poder instalado. Los gerentes políticos tienen miedo de estas nuevas formas de organización”, le dice a Crítica de la Argentina el referente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
La organización Tupac Amaru es un movimiento de 70 mil afiliados, que emplea a unas 5 mil personas en sus seis fábricas cooperativas autogestionadas, que construyó 3.500 viviendas populares, 400 centros “copa de leche” y dos escuelas. Su líder natural es la jujeña, petisa y peronista, Milagro Sala, de 45 años, madre dos hijos, una mujer que fue abandonada al nacer en una caja de zapatos en un hospital, con fama de brava, que se dice amiga de la ministra Alicia Kirchner, que se define como kirchnerista crítica, que recibe ocho millones por mes del gobierno nacional para hacer obras y construyó un barrio modelo en la capital jujeña, que lidera un sector de la barra brava de Gimnasia, cuya organización está enfrentada con el Frente de Organizaciones Independientes que incluye a Carlos “El Perro” Santillán y al Polo Obrero y que en los últimos días, por obra y gracia de Gerardo Morales estuvo en boca de todos. Hace un rato, sobre el escenario, Víctor de Gennaro –y también Hugo Yasky, secretario general de la CTA– hicieron llorar a Milagro Sala.
Yasky sostuvo que se trata del “más alto ejemplo de organización popular de la Argentina”. De Gennaro recordó con emoción cómo la conoció, hace veinte años, cuando la dirigente daba sus primeros pasos en Asociación de Trabajadores del Estado de Jujuy. Milagro Sala dijo gracias, llorando sobre el pecho de los dos hombres que viajaron para reivindicarla. El remolino de noticias sobre Sala empezó pocos días atrás. El senador Gerardo Morales sufrió un escrache en su provincia antes de una charla que iba a dar y se armó revuelo. Le echó la culpa de esos sucesos a Sala, a pesar de que ella no estaba en el lugar. Y a pesar de que Tupac Amaru no reivindicó los hechos (como sí lo hicieron otros grupos).
Y con el paso de las horas, de los días, fue subiendo el tono de sus críticas. Primero, el presidente de la Unión Cívica Radical, subrayó, tal vez para sacarle al asunto una pequeña ventaja, la supuesta relación de Sala con los Kirchner. Y llegó a decir que Milagro Sala mantiene vínculos con organizaciones armadas “pese a que se presenta ante la sociedad como Heidi”. Fuente: Rodolfo González Arzac, Diario Crítica de la Argentina
Hugo Yasky, secretario general de la CTA “Quieren demonizarlos”
“¿Le parece que Elisa Carrió, Gerardo Morales o María Eugenia Estenssoro creen de verdad que hay piqueteros armados?” La respuesta llega instantánea: “¡Nooo..! ¡Todos saben que no es cierto!”, dice del otro lado del teléfono Hugo Yasky. El titular de la Central de Trabajadores Argentinos habló con Página/12 desde Jujuy, donde viajó para respaldar a la Organización Barrial Tupac Amaru. Frente al edificio de la Legislatura provincial, contó el dirigente, movimientos sociales y gremios hicieron un acto con la organización de desocupados de Milagro Sala. –¿Qué opina entonces de las acusaciones? –Es obvio que son de una falsedad absoluta. Pero aparte de esto, es el discurso típico de los sectores que expresan un pensamiento ultraconservador, es lo mismo que vemos que ocurre en Bolivia, en Ecuador y Honduras... Estoy convencido de que no creen semejante cosa. Hablar de milicias, como hicieron en relación a Jujuy, ninguno de ellos cree que esto sea cierto. –¿Para qué cree que lo dicen? –Para instalar un clima de vértigo en los sectores de clase media. Buscan demonizar a las organizaciones y abrirle el paso a lo que viene después, que es el pedido de mayor mano dura. Están planteando que el gran problema de la Argentina es la inseguridad, y ahora lo trasladan incluso a las organizaciones sociales. –La Tupac Amaru integra la CTA... –La Tupac es una organización reconocida fuera de la Argentina como una de las más desarrolladas organizativamente. Ha construido dos escuelas, cuatro fábricas, un barrio de 3800 viviendas, el primer centro de salud de los movimientos populares que cuenta con un tomógrafo. Es una infamia decir que en la Tupac Amaru hacen prácticas de tiro y toda la literatura de ciencia ficción que se estuvo vendiendo en estos días: sobre eso nosotros vamos a tomar acciones legales para no dejar impune semejante aberración. –Otra de las acusaciones dice “son organizaciones financiadas por el Gobierno”, refiriéndose a los fondos que reciben, por ejemplo, para construir viviendas. –En realidad, cuando el Estado subsidia a los grupos empresarios no hacen cuestionamientos, y la relación de lo que reciben los grupos económicos versus los movimientos sociales es de 3 a 1. Lo que este discurso conlleva es un ataque al concepto de la asignación de recursos del Estado con fines distributivos. Es decir, en el fondo, es la misma crítica que hacen en Venezuela los sectores de la burguesía, la misma crítica que le hacen en Bolivia a Evo Morales y en Ecuador a Rafael Correa. Pero lo que sucede en la realidad es lo contrario, porque el clientelismo existe en la medida en que las organizaciones sociales no se desarrollan. Si las organizaciones crecen, con conciencia y autonomía, con contenido político que les den un marco a sus prácticas, el clientelismo desaparece. –¿Cuál cree que deber ser la respuesta de los movimientos cuando aparece este tipo de acusaciones que los señalan como violentos? –Fundamentalmente, tratar de no quedar aislados, contrarrestar estos intentos de demonizarlos. Mostrar la burda asimetría en las reacciones, porque ellos (por Carrió y Morales) se mostraron embargados por una emoción republicana cuando la clase alta rural, la Mesa de Enlace y compañía, hicieron cortes y propiciaron el desabastecimiento; eso les provocaba emoción y para ellos era como un canto a la libertad. Y ahora tratan a los movimientos sociales con un desprecio y un contenido de clase... con odio de clase, ¿no? Entonces, lo que hay que hacer es confrontarlos con la verdad. –¿Cómo fue el acto frente a la Legislatura? –Muy masivo, participaron jóvenes, gran cantidad de familias, que son las que forman este conglomerado de organizaciones de la Tupac.
Hubo apoyo y solidaridad de distintos sectores, del arco de la CTA; hubo también muchos estudiantes. Para mí, la mejor respuesta es ratificar que nuestra voluntad es seguir construyendo movilización. Que hayan venido tantos jóvenes y estudiantes al acto es bueno, porque habla de que no va a ser fácil para ellos armar ese especie de guetto social en el que quieren meter al sector más castigado de la sociedad. Fuente: Laura Vales, Diario Página/12 Sala: "Este acto no es una demostración de fuerza"
Según lo anunciado, se concretó ayer en San Salvador de Jujuy, la "Jornada de Desagravio en Defensa de la Democracia y el Trabajo de las Organizaciones Sociales", convocada como respuesta a la formidable arremetida política del senador nacional Gerardo Morales, quien fuera víctima de un "escrache" de violentas y escandalosas consecuencias, ocurrido el viernes 16, en la sede del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Jujuy.
El acto tuvo lugar en la esquina de las calles José Humberto Martearena y Canónigo Gorriti, donde confluyeron densas columnas de distintas organizaciones sociales procedentes del interior de la provincia y de esta capital, y con marcada presencia de la organización barrial Tupac Amaru. Ocuparon el palco, casi todos los integrantes de la cúpula nacional de la CTA, encabezada por su titular Hugo Yasky y Víctor De Gennaro, figura tutelar de ese nucleamiento, además de referentes de la Red Social, procedentes de distintos puntos del país. Tampoco faltó en esta ocasión, el periodismo metropolitano. "No me quiero pelear más con Gerardo Morales, no me quiero pelear más con el "Perro" Santillán", había dicho anoche Milagro Sala, directamente acusada por el legislador nacional, como autora del "escrache".
La dirigente social frente a las cámaras de televisión bonaerense, había desplegado sus argumentos, procurando así demostrar la falsedad de esa imputación. Sala, rodeada de reporteros y camarógrafos, dijo: "Estoy muy satisfecha. La verdad es que me siento tranquila porque siento que estamos haciendo las cosas bien. Si quieren, que nos sigan criticando, que nos sigan atacando, pero nosotros vamos a seguir peleando por la distribución de la riqueza, para que los que menos tienen, puedan dejar de ser rehenes de los políticos."
"Lamentablemente, se acuerdan de ellos en ´épocas de elecciones. Nosotros les preguntamos a los políticos,¿dónde están, después que pasan las elecciones?. Sin embargo, las organizaciones sociales trabajamos las 24 horas del día." "No me quiero comparar con ningún partido político. Lo que sí decimos, es que hoy, Perón está acá, Evita está acá, el Che está acá, Tupac Amaru está acá, Tupac Katari está acá. Ellos están con nosotros hoy.
Creo que tengo la obligación de decirles a los jujeños, que estos días, los pasé bastante mal, porque se dijeron muchas cosas de nosotros, muchas cosas graves." "Los jujeños saben perfectamente que quien les habla lo único que hace es trabajar por los que menos tienen, y nada más. Este acto no es una demostración de fuerza, no venimos acá a competir con los partidos políticos. Lo que venimos a decir, es basta de agravios desde los sectores políticos hacia las organizaciones sociales, que a lo único que se dedican, es a trabajar, nada más." "Si lo que los políticos quieren, es que nosotros dejemos las calles, entonces que ellos le den trabajo a los 15.000 compañeros que hoy están en distintas organizaciones sociales.
Funcionarios del gobierno nacional no se han contactado con nosotros, pero sí están los compañeros de la CTA nacional, de Quebracho, del MST, en suma, todos los compañeros de la Red Social Nacional." Tomaron sucesivamente el micrófono, los principales referentes de los sectores involucrados en esta acción de solidaridad hacia la organización Tupac Amaru. Fuente: www.servi-pren.com El monstruo Organizó y coordinó el ataque contra el senador Gerardo Morales, presidente del principal partido opositor. Maneja subsidios millonarios que le otorga el gobierno nacional. Tiene un ejército personal. Registró quinientas armas en el RENAR. Controla un suerte de Estado paralelo. Cuenta con diez policías adscriptos a su seguridad personal. Eligió a la mitad de los 600 policías que se designaron recientemente en Jujuy. Cobra canon por el espacio público en las calles de San Salvador. Le dicen la Flaca y dirige, con ese apodo, a la barra brava de Gimnasia de Jujuy. Los adherentes a su organización golpean y amenazan a todos los que se les oponen. Las casas que construye con su organización son entregadas, pero sin la titularidad, que permanece en manos de la cooperativa que construye las viviendas. Ejerce el clientelismo. Organiza actos para el oficialismo cada vez que se lo piden. Se llama Milagro Sala. Evidentemente, por lo que dicen, es un monstruo.
Todas las afirmaciones del párrafo anterior se publicaron durante la última semana. Los medios de comunicación hablaron de Milagro como nunca antes lo habían hecho. El repudiable escrache contra el senador nacional Gerardo Morales y su denuncia sobre la responsabilidad de Milagro Sala en ese hecho violento puso en la consideración nacional a la principal dirigente de la organización barrial Tupac Amaru. Poco o casi nada se dijo en esas crónicas de la actividad de esta organización, que cuenta, según datos propios, con setenta mil adherentes y se encuentra enrolada en la Central de Trabajadores Argentinos.
En los distintos emprendimientos que ha impulsado en los últimos diez años, trabajan 3.800 empleados. Cuentan con 150 cooperativas de vivienda, ya construyeron más de dos mil casas y tiene medio millar en ejecución. Las viviendas cuestan la mitad de las que construyen empresas privadas para el Estado provincial. También tiene una cooperativa textil con 400 empleados organizados en dos turnos –confeccionan 30 mil guardapolvos por mes–, una fábrica de bloques, una metalúrgica, un centro de salud, 500 “copas de leche”, donde concurren unos 40 mil pibes, centros recreativos con piletas de natación y un centro educativo llamado Germán Abdala que extiende títulos provinciales. La organización que conduce Sala recibe fondos del Estado nacional. Unos diez millones por mes según Morales, un poco menos de ocho según la dirigente jujeña. La Tupac no oculta su buena relación con el gobierno nacional: en su página de internet se ven fotos de la Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, y de su cuñada, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, inaugurando alguno de los emprendimientos que dirige Sala.
Lo único que se les debe exigir, como al resto de las organizaciones sociales de todo el país que reciben subsidios, es que existan controles adecuados sobre el destino de esos fondos públicos y que se exija su rendición. Aunque Sala dijo en una conferencia de prensa que no estaba en el lugar de la agresión a Morales y que Omar Romano, dirigente del Movimiento Campesino de Jujuy (Mocaju), se reconoció públicamente como el ideólogo del escrache y anunció nuevas movidas violentas contra funcionarios y legisladores, para la mayoría de los medios de comunicación la asistencia económica del Estado nacional a la Tupac Amaru prueba que el Gobierno estuvo detrás del ataque. Uno de los dirigentes que salió en defensa de Milagro con mayor contundencia fue el actual secretario de Relaciones Institucionales de la CTA, Víctor De Genaro, quien dijo sentirse orgulloso por la tarea que desarrolla la referente social, reinvindicó su independencia del Gobierno y aseguró que “es un ejemplo de organización y lucha contra la pobreza”. Como para despejar cualquier duda, decidió viajar a Jujuy, con el resto de la conducción gremial de la entidad sindical, para participar de un acto en apoyo a la polémica dirigente de ATE. “Las únicas armas que tiene Milagro son, como dice ella misma, los hornos de barro para hacer pan”, retrucó. A pesar de las numerosas denuncias sobre prácticas violentas en perjuicio de sus adversarios políticos o gremiales –una de las más serias la hizo el combativo dirigente Carlos “El Perro” Santillán”–, la organización de Sala en ningún momento se plantea la toma del poder o el cambio revolucionario del sistema político imperante. La consigna que expresan en actos y movilizaciones es “queremos trabajo, educación y salud”. La Tupac Amaru, que toma el nombre del último descendiente inca que se rebeló contra la dominación colonial y fue descuartizado, usa como íconos distintivos los rostros de ese líder indígena, así como también los de Eva Perón y el Che. Sus dirigentes, incluso Milagro, tienen muletillas propias de las formaciones guevaristas, pero por su componente humano y por los sectores a los que representan están más cerca de los planteos de reconocimiento y reparación histórica de los pueblos originarios que de la praxis marxista. En esa línea, reinvindican al presidente de Bolivia, Evo Morales, por su gobierno de carácter indigenista. “Somos Kollas, con mucho orgullo”, declaró Sala alguna vez. Milagro, nacida en la miseria extrema, ex adicta a las drogas, ex convicta, reconvertida en dirigente social, tiene un argumento simple: lucha contra la pobreza en un territorio donde el 40 por ciento de los jujeños son pobres y, de ellos, 122 mil son niños. Con aciertos y errores, con actitudes autoritarias y gestos solidarios, ejerciendo el clientelismo y construyendo viviendas populares, hay algo innegable: la Tupac Amaru crece sobre el terreno fértil del desamparo.